Disculpe pero.. El perro muerde?

Bueno, yo siempre creí tener ese "don" de ser amada por los animales, en especial por los perros.. Creía que mi papá era Dr. Dolittle y yo, en mi inocencia, la heredera de ese particular gen. Todo sucedió muy rápido, primero hubo una advertencia pero luego, ocurrió el ataque.. Primeramente, se supone que a los Centros Comerciales las personas llevan a sus perros, si, pero perros educados, que no muerden ni gruñen, aunque siempre, SIEMPRE hay un imbécil que no le importa y lleva a su mascota mal domesticada...

El hecho es que el viernes pasado, estando mi novio, un amigo, una amiga y yo en un Centro Comercial de la urbe, lo vi. Si, era hermoso, una especie de mezcla entre "Pastor Alemán y Gos D'Atura", unos ojos azules que te hipnotizaban y un pelaje espectacular.... Era EL perro, por así decirlo. Me alejo a conocer al perro, llego y el me ve, yo lo vi, nos vimos, escucho que Daniel dice "Cuidado y el perro te muerde", y no bastó que yo le formulara la gran pregunta al dueño del perro.."Disculpe, el perro muerde?" cuando el animal gruño, me empezó a ladrar y a querer morderme. Si, yo pegué un brinco, exclame un pequeño grito y lo único que escuche en ese momento eran las risas descontroladas de mis amigos, claro, burlándose de esta alma indefensa. Pasaron los días y nos acordábamos del incidente perruno con mucha risa, porque ciertamente, fue una predicción por parte de Daniel el que ese perro me quería morder, pero llegó el Miércoles y ese día ocurrió lo peor...

Me encontraba sentada cómodamente en la FCU, conversando amenamente con un amigo y de repente llega Rocco, el perro callejero de la universidad, un perro algo estúpido, medio gordito, un poco quedado pero del resto, bien amable, o eso pensaba yo.. Lo saludamos con un típico "Qué pasó Rocco?? Jaja" y el se nos queda viendo. Sigo conversando y volteo, Rocco me gruñe, yo me asusto, miro a Juan y vuelvo a voltear, cuando en fracción de segundos.. Había un perro intentando morder a una chica, que gritaba como una Guacharaca y lanzaba patadas al estilo Bruce Lee. Pero adivina!! Ya era tarde y el perro la había mordido. 

Pasaron esos minutos de locura y salimos corriendo a vacunarme, la cola era inmensa, pero yo monté un drama (bastante exagerado la verdad), y me pasaron de primera. Al ver la aguja casi me da algo, y no por tenerle miedo a las inyecciones, sino que era mas grande que el grosor de mi brazo.. Al ver al chico que estaba sentado de primero le dije "Sabes, yo me moriré acá, quédate con mi iPod y mi laptop se la das a Juan, por favor", el chico se empezó a reír mientras la gente, bien chismosa, no dejaba de verme cuando me colocaban la vacuna. Así pasaron los minutos, el brazo sentía que se me reventaría del dolor, pero no fue así, acá lo tengo.

En resumidas cuentas, el perro me mordió, yo perdí mi grandioso "don" y ahora lo que me queda es una herida en mi pobre brazo.. Por lo menos no fue profunda, solo logró rasguñarme con los colmillos, pero si de por si soy maniática con la pulcritud, el que me mordiera un perro callejero fue la cúspide de lo inimaginable. Unos me decían "Tranquila, eso significa buena suerte" mientras otros sólo se reían y comentaban "No te bastó con el primer ataque en el San Ignacio mujer", pero bueno, son cosas que pasan.. Lo chévere es que ahora tengo una cicatriz de la cual alardear: "Me mordió un perro y sigo viva, qué tal?" 


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