Explotó la cocina, pero no se quemó la tarta!

Ok, bueno tengo que admitirlo, no soy de esas chicas que andan metidas en una cocina todo el bendito día, yo la verdad con una sopa Cup Noodles resuelvo, una pasta, algo sencillo que llene y me haga felíz.. 

Hay un dicho que dice "Hijo de gato caza ratón".. Si bueno, los gatos comen ratones es como obvio, la cosa es que me compré un libro de comida francesa y se los juro, me propuse el reto que se hizo Julie de hacer todas las recetas del libro, cuando porfin sente cabeza y me dije a mi misma: "Mi misma, no te mientas, no tienes tiempo para eso". Coye, no quería dejar pasar la oportunidad y el entusiasmo de preparar algo sabroso y francés así que aprovechando la ocasión, decidí prepararle a mi mamá estos 4 platos para el almuerzo de su cumpleaños: 

1. Entrada: Tarta Tatín de Cebollas Rojas
2. Plato fuerte: Salmón en papillote con puerro acompañado de Patatas salteadas
3. Postre: Peras pochadas con salsa de chocolate

Una delicia verdad? Y así lo fue, en serio... Todo, hasta que la cocina explotó.

Era un cálido sábado 1ero de octubre, me levanté temprano, ya las peras pochadas estaban listas del día anterior (si, ese tipo de postres se preparan el día antes), el salmón listo, a caramelizar las cebollas, todo perfecto! Quise estar en onda así que no escuché mi iPod sino los Casettes de mi papá de música de los 50, me puse mi delantal y a cocinar.. Estaba nerviosa, nunca había trabajado con masa de hojaldre o había caramelizado unas cebollas. 

Pasaron las horas, la tarta fue al horno, las patatas estaban listas, el salmon envuelto para ser horneado luego de la tarta y las peras esperando a ser servidas con helado y salsa de chocolate cuando, sentada en la sala con mi abuela leyendo el periódico y yo viendo el ávila escucho el grito de mi mamá:  LOANAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA. (Aunque mas fuerte). Yo salí corriendo, vi fuego en el piso, no sabía si apagarlo con agua de chorro o potable (la de tomar estaba mas cerca) mi mamá lo apagó, mi hermano corrió y se alteró, yo escuchaba un PSSSSS del gas, mi abuela seguía con el periódico en la sala y lo único que pense fue.. "La tarta está en el horno" y es obvio, grite lo que pensé. 

Abrí la puerta del horno, ahí estaba, dorada, en su punto, la masa de hojaldre crujiente y yo, felíz, la tarta no se había quemado, así que me fui a las sala mientras mi hermano y mi mamá terminaban con la cocina... Pensarás: Falta el salmón. Si, faltaba el plato fuerte así que lo puse en una bandeja, cruce a casa de mi madrina, lo horneé y yo estaba felíz porque la tarta no se había quemado (cabe decir que un hombre me vió raro cuando salí del edificio al de enfrente con una bandeja de hornear). 

Al final todo salió bien, olía un poco a gas pero el olor de la comida lo tapaba, mi mamá tuvo su almuerzo de cumpleaños y yo descubrí que tengo los dones de ella... Sería como que ella es la gata y yo la gatita y comemos ratones, o algo así. El hecho es que el rato terminó en risa y llanto por parte de mi madre (luego fue que se puso nerviosa, al momento parecía O'Connell enfrentando a Inhotep en La Momia), y ahora quiero hacer tartas todos los fines de semana, rezando que no se explote la cocina de nuevo.

Finalizando, el soundtrack de la semana? Bueno, muy a los 80's porque mi mamá ama esa época. (lo que suena es Andy Gibb porsi no lo sabías) 

1 comentario:

Luisa dijo...

Loanita vuelvo a felicitarte por tu blog. Ay!!! cuanto lamento no haber ido ese día pero se me complicaron las cosas con el fulano curso...ji ji ji me imagino como deben haber reído todos ji ji ji aunque, aquí entre nos, en esa casa de ustedes siempre pasan cosa super graciosas... las recuerdo siempre, verdad señora Beatriz?????? ji ji jij sigue escribiendo ahijada, me entretego mucho con tus ocurrencias